La gastronomía árabe está llena de acentuados y exquisitos aromas y sabores, es por eso que no queremos perder la costumbre de comerla, pero ¿te has preguntado cómo volverla saludable? Si bien es cierto que la mayoría de la base de la comida árabe es su popular pan y sabemos que sin duda alguna esto contiene harina de trigo, una ligera variación para volverlo más saludable es que podemos decidir hacerlo nosotros mismos, no colocarle sal y también optar por su versión integral que es rica en fibra y su contenido calórico para una porción de 45 gr es de apenas 95 kcal, que, combinada con una proteína ligera como el pescado (que es rico en omega tres) o pollo, podrán darte una versión saludable del tradicional Shawarma con una ensalada de pepino, tomate ¿y por qué no? algo de cebolla para darle mayor cantidad de sabor. Y aunque existe la gran incógnita de ¿cómo podrás comerlo si no tiene aderezo? ¡Sencillo! siempre está la opción del yogurt griego que, combinado con los dos elementos anteriores te van a brindar un mix de sabor y texturas increíbles.
También podemos incluir los deliciosos garbanzos que se pueden preparar de 1000 maneras pero entre los beneficios que estos nos aportan hay que resaltar los más importantes, como su abundancia en vitamina B1, B2, B9, también minerales, tales como el calcio, zinc y hierro (ideal para aquellas personas que padecen anemia), incluyendo su alto contenido en fibra que ayuda a combatir el estreñimiento, disminuyendo la posibilidad de sufrir de enfermedades intestinales y saciar el apetito, además de aminorar el colesterol malo y protegernos contra enfermedades cardiovasculares. ¿Qué esperas para animarte a darle ese giro inesperado a tus comidas?