Una porción histórica
Llamado baklava, baklawa o baclava, se trata de un pastel formado por una pasta de nueces trituradas, o pistachos, que son aplanados en una masa, bañada en jarabe de miel, mantequilla derretida o almíbar, siendo más frecuente éste último.
Pero para conocer sus raíces, tenemos dos opciones; dirigirnos a la antigua Mesopotamia; o trasladarnos hasta los asirios, durante el siglo VII a. C. quienes se dice, fueron los primeros en colocar nueces trituradas en medio de distintas capas de pan; añadiendo un poco de miel en el proceso. Siendo una versión temprana del Baklava, que solo se preparaba en momentos especiales.
En cuanto a la parte que Mesopotamia, se cree que los mercaderes que viajaban hacia este lugar, muy pronto descubrieron este manjar, decidiendo llevar la idea a sus propias tierras; y aportando una nueva técnica pastelera a la receta: amasar hasta que luzca fina como una hoja.
Curiosidades
Tradicionalmente le componen 33 capas de masa, las cuales aluden a la edad de Cristo.
Aunque también hay quienes las preparaban con 40 capas, que representaban los 40 días de ayuno; y era consumido el día de pascua para cerrar con broche de oro.
Podemos encontrar distintos nombres del plato según la región donde nos encontremos en su momento; variando principalmente entre los países que conforman el Oriente próximo, los del subcontinente indio, y por supuesto, el conjunto de naciones árabes.
Este fue el primer producto turco a nivel alimenticio, que ha sido reconocido y registrado como una denominación de origen, por parte de la Comisión Europea.
El Baklava es uno de los grandes protagonistas de la mesa turca. A la hora de saborear un postre autóctono es casi una obligación probar esta delicia nacional.